Disney gratis en Internet

La productora Disney ha unido sus fuerzas con la cadena de televisión ABC para emprender juntos un proyecto pionero: la difusión gratuita de series televisivas a través de Internet. Pronto podremos ser espectadores cibernéticos de series como Mujeres desesperadas o Perdidos. Seguramente se preguntaran “¿pero eso no se lleva haciendo toda la vida?”; la respuesta es ¡no! En primer lugar las descargas (llamémoslas tradicionales) son ilegales. ¿Por qué? Pues entre otras razones porque Disney, en este caso, nunca las ha autorizado. ¿Por qué? Evidentemente porque suponían una gran pérdida de dinero.

Muchas cosas están cambiando en el sector audiovisual. Internet, aquella gran fuente de ganancias (y pérdidas). Damas y caballeros, este gran manantial de conocimiento y libertad cobra actualmente una vital importancia en esta nueva era. Empresas y gobiernos (los que manejan el cotarro, para entendernos) por fin se empiezan a dar cuenta, después de muchos quebraderos de cabeza, de que la red puede ser un gran aliado para sus negocios. ¿Seguirán otras empresas el ejemplo de Disney y ABC? ¿Por fin se habrá descubierto una forma de mantener a público e industria contentos al mismo tiempo?

¿Cuál es la fórmula mágica? Efectivamente no existe tal fórmula. ¿O sí? La magia en el sector de la comunicación se llama publicidad. ¿Canciones gratis por la radio? Pues se pone publicidad. ¿Películas en televisión al alcance de cualquier individuo prisionero del sofá? Pues se pone publicidad y de paso alguien se gana unos cuantos millones. En esta ocasión no ha sido muy diferente, ¿adivinan por qué…?

¡Exacto! Nos podremos descargar series de Disney de forma gratis y legal con un montón de “consejos publicitarios”. Además, nos dicen, son “imposibles de quitar”. La verdad es que nos parece muy bien, aunque seguramente maldeciremos a algún empresario cuando de repente se corte una escena interesante en el momento de máxima tensión dramática. O probablemente algún incómodo rótulo nos haga plantearnos si estamos viendo una serie de televisión o si es en verdad la retransmisión de algún partido de fútbol.

De cualquier modo, aplaudimos desde este modesto blog esta nueva iniciativa de Disney y ABC. Les deseamos suerte, pues quizá muchos piratas informáticos ya estarán frotándose las manos a estas horas, ansiosos por enfrentarse a este nuevo reto de quitar toda esa molesta publicidad. Es una lástima que no lamentemos que Internet poco a poco se convierta en una feroz competencia para nuestra querida televisión. Sí, han leído bien. Nos da lástima pues, como todos, reivindicamos una televisión que no nos absorba el cerebro. Pero tampoco se equivoquen, no queremos 24 horas de documentales sobre tribus africanas y cangrejos tropicales, únicamente no queremos acabar como Elvis Presley, pegando tiros a la pantalla (principalmente porque no disponemos de tanto presupuesto).

Lo que es bien cierto es que la televisión actual no trata bien a las series: es un hecho. ¿Cuántas veces nos hemos tenido que enfrentar a un cambio de horario?, ¿cuántos de ustedes no ha asistido alguna vez a una noche de elección entre sus dos series favoritas, emitidas en canales diferentes a la misma hora...? Sí, sé que existe el video, pero hasta la llegada del DVD o de Internet, nadie tenía en mente tener grabada toda una serie (sabiendo además que no emitían los capítulos por orden).

Esta nueva novedad la vemos también dirigida a un público no fanático necesariamente, más bien a ese público que ve en el producto un mero entretenimiento y que ahora no tendrá por qué estar frente al televisor esperando; sino cómodamente programar la visualización del mismo acorde a sus necesidades. El público fanático (ver imagen lateral) seguirá esperando las ediciones en el formato versátil y digital del que ya hemos hablado anteriormente, con sus extras e imágenes inéditas...

No vamos a ser apocalípticos y confesamos que nos parece una idea interesante y que debería ser estudiada por las productoras de nuestro país que ven muchas veces como cantidad de buenos productos suyos no encuentran su sitio en la pequeña y corroída pantalla. Tanto esfuerzo para no poder seguir grabando una historia que apasiona a cientos de personas sólo porque otros tantos de millones la consideran horrorosa... ¿Pero en qué mundo vivimos?

El grupo (o al menos los responsables de él)