Como todos sabéis, gracias a nuestra genial y llena de desparpajo
Sonia Blanco, durante los días 4 y 5 de Abril, se ha celebrado el III Seminario Internacional de reporteros de guerra.
Este evento, promovido por el programa cultural universitario
Estepona: Ciudad del periodismo, ha reunido a numerosos reporteros y corresponsales de guerra de diferentes y muy importantes medios.
A diferencia de en años anteriores, esta edición del seminario se ha desarrollado plenamente en el Paraninfo (que no para escribir...) de la
Universidad de Málaga, sito en el ya viejo Campus de "El Ejido".
La verdad es que, a la hora de enfrentarme con esta práctica, me puse a pensar en que era la primera práctica de utilidad que hacíamos para esta asignatura. Me explico antes de que Sonia se me enfade (nada más lejos de mi intención). Creo que lo verdaderamente interesante de estas prácticas es el poder todos asistir a un mismo evento, o centrarnos en un mismo elemento a debatir pues, la variedad de empresas que hemos elegido y el
estress al que estamos sometidos por entregar las dichosas prácticas a su debido tiempo (cosa que algunos no hacen y espero que la mano dura de la justicia caiga sobre ellos...) nos lleva a una gran dispersión del poder que esta comunicación horizontal tiene.
Por ello, antes de entrar en materia comentaré lo que a mi juicio han sido las jornadas...
Bien, que el seminario se haya celebrado en Málaga y que diferentes profesores lo hayan utilizado como excusa para hacer una práctica (no, no miro a nadie) (miento, te miro Sonia, te miro), ha dado bastante público al asunto; público que quizás por no estar NADA interesado en este asunto o simplemente por tener diferentes cosas que atender, no hubiera asistido... La afluencia masiva de estudiantes de periodismo se notó en numerosas ocasiones (cada vez que uno de los ponentes hacía una broma de periodistas, sobre todo). Además, no es de extrañar dado que muchos periodistas aspiran a convertirse en uno más de esos "super-hombres de la pluma".
El paraninfo (como ya he introducido) es el sitio más incomodo de este planeta, junto con los asientos de la EMT, para escribir; lo que, sumado a la obligatoriedad de tomar notas por la carencia de una grabadora, ha hecho para mí de este seminario un calvario particular sólo subsanado en algún momento por la presencia de las desmesuradamente bellas azafatas del evento (que ya podrían tomar nota los del Copyleft...).
¿Qué es un reportero de guerra? Bueno, esta pregunta es una estupidez, un reportero de guerra es una persona y, como en la viña del señor de todo hay, pues en este mundillo pasa exactamente igual... Tenemos desde los
morbosos sin escrúpulos con el único afán de hacerse ricos y famosos; y también a aquellos que realmente sienten el periodismo no como un empleo sino como una obligación social para con los demás.
¿Qué me pasa a mí con los periodistas? Me alegro de que me hagas esa pregunta... La verdad, nunca fueron santos de mi devoción pero, ya hace cuatro años desde que mi admirado amigo Ferrán Fernández me revelara (sacandome de dudas) que la objetividad no existe, que todo es subjetivo... Entonces... ¿Por qué van todos, los de uno y otro medio, predicando su pasión por la veracidad, por la VERDAD ABSOLUTA, por la INFORMACIÓN VERDADERA? Yo no lo entiendo. Y amigos, yo lo que no entiendo, no lo entiendo.
Primera conclusión que saqué de las palabras de los reporteros de guerra... La mayoría de ellos se cree superior a cualquier otro periodista.
No es ninguna broma: Estos chicos y chicas de la noticia de alto riesgo hablan del periodismo convencional casi como quien hace alusión a un juego de niños. Si bien es cierto que en muchos aspectos no les falta razón, me parece deleznable que casi lleguen a despreciar a aquellos que no están en el terreno de batalla. Dijeron algunos que bueno, cuando vienes de una situación así, todo lo que te rodea aquí, en este pacífico pais, te parece absolutamente
banal. ¡OJO! que eso yo lo comparto. Pero no menos cierto es que la información sobre lo que nos rodea, sobre los problemas que en mayor o menor medida nos afectan; es un tema también de vital importacia. Sobre todo para María, esa pobre ancianita de 85 años a la que lo mejor que le podría ocurrir es que la guerra estallara sobre su propio edificio y pasar a mejor vida ya que, desde hace ya 3 años, su calle parece un "territorio comanche" gracias a una faraónica obra que el alcalde decidió emprender.
A esta señora, de naturaleza ficticia, le trae sin cuidado la paz en el mundo, porque le preocupa más el riesgo que supone bajar a comprar una deliciosa y calentita "baguette". Por eso el periodismo local tiene la misma importancia que el trabajo de estos aspirantes a
Pulitzers.
Pero claro, para ganar uno de esos afamados premios no basta con criticar al periodismo como si a una raza superior perteneciéramos todos aquellos que vamos a una guerra con cinta aislante blanca en nuestro chaleco formando la palabra
PRESS.
Javier Bauluz, un verdadero Pulitzer (en la imagen izquierda), habló de la necesidad de la honestidad y la veracidad dentro del género periodístico y también de su peligro de extinción... Y es que el ánimo de lucro está cada vez más ganándole terreno a la función informativa del periodista. Los intereses políticos y económicos que todos conocemos están ensombreciendo de manera absoluta la sinceridad y el respeto, dignas cualidades del periodismo verdadero.
Otra de las cuestiones que este
erudito comentó, fue la realidad de los jueces de sillón (como yo los he llamado). Esta realidad no es otra que la condena social que los fotógrafos sufren a la hora de realizar su trabajo... ¿Cuántos de nosotros no hemos pensado alguna vez aquello de: Y por qué en vez de hacer la foto no ayudó a esa persona llamémosle "
x"? Es muy fácil juzgar cuando lo que no te gusta desaparece a golpe de
zapping. El fotógrafo da fe de lo que ve, usa el objetivo de su cámara para captar la realidad: no es una hermanita de la caridad.
Creo que estoy aburriendo a la audiencia potencial de este blog con tanta palabrería, pero bueno, se me pidió una crónica sobre un seminario, y aquí estoy yo, demostrando lo merecido que ha sido mi diploma.

Me gustaría hacer una mínima reseña a una realidad que también comentó
Pedro Pulgar (otro de los grandes, en la imagen derecha). Comentó algo que todos sabemos desde la muerte de Couso y que desde el propio Vietnam conocemos: esto es, la batalla paralela que juegan los medios de comunicación contra los ejércitos. Éstos últimos desean el control de los medios mientras que éstos primeros desean una libertad de prensa (me río yo de esas tres palabras).
Otra de las sandeces que escuché en este entretenidísimo seminario vino de boca del mismísimo Ramón Lobo quien, ganándose a un muy fácil público, dejó caer lo siguiente:
"Ser corresponsal de guerra es la única manera de contar historias reales".
Si a eso le sumamos que cuando se refirió a su primer viaje lo hizo haciendo alusión a un paseo al edificio de enfrente de su periódico (risas del público, y sin regidor ni nada....) contemplamos que nadie se percata de la
burrada que ha dicho este señor de
prisa. Bueno, ya conocen la historia de María, una mujer que es cierto me he inventado pero que representa a un muy numeroso colectivo de la sociedad que ve como en sus últimos años de vida, ésta se convierte en un eterno calvario debido a unas obras o simplemente al cambio dos manzanas más adelante de su parada de autobús/metro/taxi. Es una historia real, y ninguno de estos ancianos lleva casco, ni rifle... Pero no, las únicas historias reales suceden en una guerra.
Conclusión:
- Al campus de El Ejido le quedan dos telediarios (¿qué bueno el símil eh?)
- Los reporteros de guerra son gente de valor y coraje pero se creen superiores a los demás redactores del planeta.
- Me parece injusto que se lleven el mérito con sus crónicas desde conflictos que no deberían existir.
- Por tanto NO a los corresponsales de guerra, porque NO debe haber más GUERRAS
- El periodismo como tal está desapareciendo. Ahora las fuentes de información son internet y los cuerpos de seguridad... Se llama a una comisaría para preguntar por la anciana que ha caido en la zanja del metro, pero no se va a la susodicha zanja a ver qué carajo ha pasado.
- No volveré a hacerme cargo de una práctica semejante en mucho tiempo (3 semanas, digamos).
- Para concluir: Ni el programa que San Miguel ha remitido (hasta un total de 3 veces), ni la ponencia confirmada de Jon Sistiaga desde nuestro weblog favorito; han tenido nada que ver con la realidad del III Seminario Internacional de Reporteros de Guerra.
- La experiencia ha sido enriquecedora y ha vuelto a confirmar lo acertada que fue elegir esta licenciatura y no la de Periodismo.
Un muy caluroso abrazo y que pasen todos una muy feliz Semana Santa. Mi cumpleaños es el Viernes Santo, a las 0:00 en el palomar de la Merced. No invito a beber, pero soy un tipo agradable.
Joya