Balas

Hola señores,

No escribo esto a modo de despedida. No es un "último artículo" que busca hacer un poco la pelota a cierta proferosa. No es nada de eso. Simplemente unos pensamientos existencialistas rondan últimamente en mi cabeza y necesitaba plasmarlos en algún sitio. Así que intentaré evitar el sarcasmo habitual de este blog. Intentaré convertirlo todo en fina ironía. Me va a resultar dificil, casi imposible. ¿Por qué? Por que es un asunto que en el fondo me parece triste, por mucho que me ría con cinismo cuando leo prensa o veo las noticias. Por mucho que me resulte gracioso cuando lo hablo con la gente y veo que todos sueltan estupideces a modo de verdades absolutas.

Sí, señores. Soy un hombre de letras. Sobre todo de letras más que hombre. Así que me importa un carajo la velocidad que tome una bala lanzada desde no-se-cuál "nuevo y revolucionario" modelo. Sólo me importa el hecho de por qué fue creada esa bala. ¿Para qué fin? ¿Quién sale ganando en todo esto? El arte de matarse... vaya cosa tan nueva y revolucionaria. Con una bala que sale a unos kilometros por hora que te cagas. Sí. Va dirigida a un hombre. A cualquier cosa lo llaman arte. Siempre creí que "arte" era Picasso, Mozart... No. Parece ser que arte es Isabel Pantoja, Jesulín de Ubrique y esa maldita bala.

No señores. No me creo nada. No me creo la utilidad de la milica. No me creo las excusas habituales que justifican la guerra. Una guerra no tiene justificación. ¿En nombre de qué? ¿En nombre de quién? ¿La libertad? ¿La paz? ¿La monarquía? ¿Qué mentira me quieres vender, hombre de verde? ¿Morir por una idea? ¿MATAR por una idea? En qué mundo vivimos... La evolución nos sienta tan bien...

Qué curioso que tanta gente se crea esas grandes patrañas disfrazadas en el legítimo derecho a la defensa. Es muy fácil justificar matanzas en nombre de la defensa. En nombre de la paz. Qué paradoja. Quizás sea yo el loco. Quizás sea yo el cobarde. Está bien, para mí un hombre de honor no es aquel que empuña una pistola. Para mí representa la derrota de la humanidad... en el sentido amplio de la palabra. Quizás sea yo el que no encajo en un mundo de sangre. En un mundo de "posicionarse". Quizás esté solo en mi posición. Quizás no sólo no quiera ser una marioneta, sino que además me asustan las marionetas. No creo en los hombres como máquinas, a servicio de los intereses de tal o cual cosa. Engañados con un pequeño lavado de cerebro. Una pequeña prolongación de la máquina que dispara esa bala.

Es curioso como la gente repite chorradas que escuchan por la tele o en las películas malas. Lo dijo tal y cuál político de mierda. Qué bien. Enhorabuena por creértelo todo. Eres el ciudadano predilecto. ¡Bienvenido a nuestro circo! Sí. QUizás yo sea el "jipy de mierda". QUizás sea un infantil. Un ciego. Un utótico. La utopía... ahora resulta que es el enemigo. Los sueños ahora resulta que son malos. Siempre creía que el horizonte nos hacía avanzar. Ser mejores personas. Los sueños siempre creí que nos ayudaban a imaginar. A buscar soluciones. Parece ser que estaba equivocado. Esa bala, esa puta bala, siempre está allí rompiendo el horizonte en las dormidas cabezas.


A mis amigos que quieren ser rambo de mayores,
David